La emisión para asistir al Tesoro Nacional volvió a los niveles más altos de los últimos 30 años: equivale a la totalidad del déficit fiscal

Argentina tiene un problema fiscal crónico y recurrente: de los últimos 60 años, en 53 va a terminar con déficit fiscal. Es decir que en el 88% de los años los ingresos no han sido suficientes para financiar el nivel de gasto público ejecutado.

De su financiamiento se derivan un sinnúmero de distorsiones y desequilibrios que tarde o temprano terminan sincerándose. Cada gobierno dice tener la receta para bajar la inflación (uno de los principales síntomas del déficit fiscal), pero con un set de alquimias que duran un tiempo determinado y que no evitan que las restricciones terminen materializándose. El problema de fondo es que, año tras año, crisis tras crisis y sin importar el color político, el Estado argentino gasta más de lo que recauda.